Kantihuerto

El Kantihuerto se ha convertido en un nuevo escenario de aprendizaje, un entorno amable al aire libre donde no solo aprendemos sobre la importancia del medio ambiente, del cuidado de la naturaleza próxima, sino que también aprendemos a trabajar en equipo, a colaborar, a respetar lo que nos rodea y valorar la importancia de la colaboración. La idea de poner un marcha un huerto escolar nace prácticamente a la par que la apertura del centro. Más allá de la posibilidad de realizar actividades propias de este tipo de espacios, el objetivo principal del mismo es dar una respuesta educativa a un determinado tipo de alumnado con necesidades específicas a la hora de establecer vínculos socio-emocionales y relacionarse con sus compañeros. Esta propuesta tuvo un impacto positivo y, a raíz de esto, observamos que había muchos niños que en la hora del patio no disfrutaban por diversas circunstancias (niños con dificultades en diferentes niveles, niños que no les motivan los juegos convencionales...). La decisión fue que todos estos niños participaran de forma voluntaria en el trabajo de huerto y medio ambiente. Y desde entonces el Kantihuerto fue creciendo, no solo como espacio para los tiempos de recreo, sino también como aula fuera del aula para todos. En sus inicios la idea fue mejorar la socialización de alumnos con dificultades de relación o que simplemente no se sentían cómodos en los recreos. Esto se fue transformando y no solo mejoraba su capacidad de socialización, sino que más alumnos se sumaban a esta actividad y con ellos profesores que trasladaban sus aulas y proyectos al Kantihuerto.